PAISAJES RESIDUALES (2019)


 “…Una existencia humana individual debería ser como un río: al principio, pequeña, estrechamente limitada por las márgenes, fluyendo apasionadamente sobre las piedras y arrojándose por las cascadas. Lentamente el río va haciéndose más ancho, las márgenes se apartan, las aguas corren más mansamente y, por último, sin ningún sobresalto visible, se funden con el mar y pierden, sin dolor, su ser individual…”
 Bertrand Russell


(…) Llegan incesantes, embistiendo una y otra vez, rompiendo contra las rocas que tratan de sujetar la orilla que es arrastrada hacia lo profundo del turbulento azul; estallan en esquirlas de horizontes distantes, que se confunden con las espumas de corrientes amnióticas.  Así nació esa mañana, revelando cientos de fragmentos desperdigados a lo largo de la playa, restos que sucumbieron al naufragio de la realidad, para quedar varados en el presente. Cubriendo la costa con residuos en apariencia insignificantes pero que preservan el misterio de un pacto ancestral. Son aperturas por las cuales se puede ver los ciclos de las mareas y los conjuros susurrados  desde la distancia en gotas de rocío.


Estaba al comienzo de algo anterior al génesis de la arena, esto ordenó las huellas por senderos indeterminados; el azar trazó las conexiones que configuraron las órbitas en las que gravitarían las preguntas, la contradicción permitió que las cosas se rebelaran hallando de manera sorpresiva  un rayo petrificado al interior de un hueso que fue, en tiempos remotos, el instrumento para un vidente; presenció el emerger del enigma  de un esqueleto encallado en el silencio. Ese día, las sombras se deslizaron suavemente sobre el acantilado, jugueteando con la brisa  a tocar el infinito (…)
                                           
                                                                   Fragmento extraído de la bitácora del proyecto


Paisajes Residuales es un proyecto desarrollado durante la residencia en Artista por Artista en la ciudad de la Habana, Cuba. Este espacio facilitó aproximarme al contexto que comprende el sector de la Puntilla; siendo este un enclave que permitió dar continuidad a una serie de interrogantes, pulsiones e intereses que han movilizado mi práctica artística durante estos últimos años. En este sector, el río Almendares desemboca en el mar Caribe.


De esta confluencia de potencias, se concibe una variedad de actividades desarrolladas por los lugareños que frecuentan este lugar. Allí, este espacio se convierte en un escenario para el encuentro con lo trascendente que configura su universo mítico, arquetípico y espiritual. Lo que hace de este sitio, un marco a través del cual se restablece una relación con un entorno natural poblado de fuerzas que inciden de alguna manera en la vida cotidiana.


Así, las ofrendas y los objetos mágicos son depositados en cualquier grieta de las roca que conforman esta playa, actuando como un acceso a este entorno poblado por fuerzas invisibles. Los objetos encontrados en este enclave son el punto de partida para generar desde lo ficcional una serie de relaciones arbitraria con una voluntad poética, que busca evidenciar la correlación entre naturaleza y cultura. Y como estas cosmovisiones sobreviven a pesar de la afanosa idea de progreso y desarrollo que han determinado nuestra relación con el entorno natural.